Hijo de un agente de la poderosa compañia de los Bardi, Giovanni pasó su primera infancia en casa de su padre en Florencia. Posteriormente, ya en la adolescencia, es enviado a París para practicar el comercio en el Banco de los Bardi, base fundamental de la economía de los Anjou, donde no tendrá ningún éxito. El derecho canónico será su siguiente ocupación, aunque tampoco de esta empresa logró salir airoso. No consigue centrar su vida hasta que, guiado por los grandes eruditos de la corte napolitana, Paolo da Perugia y Andalo da Noegro decide dedicarse a las letras, actividad a la que se dedicará hasta el final. Su vida y su obra tuvieron dos grandes influencias, su admiración por la figura de Dante Alighieri y su amistad imperturbable con Petrarca.