El Perro Verde

Después de trabajar en distintas bodegas, Ángel Lorenzo Cachazo, hijo de una familia siempre vinculada al viñedo y al vino, pone en marcha su propia bodega en 1987. En la añada siguiente introdujo en el mercado su blanco Martivillí elaborado con la variedad verdejo, un vino más moderno que rompía con el tipo de vinos elaborados hasta entonces en la zona. Actualmente Javier Lorenzo, su hijo, es el responsable. La bodega cuenta con 25 hectáreas de viñedo propio repartido en laderas y llano. La plantación, con una media de edad de 20 años, está distribuida en 16 Ha. de verdejo, 6 Ha. de viura y 3 Ha. de tempranillo. También se abastecen de uva –100 Ha. de viñedo– de otros viticultores. La mayor parte del viñedo –que se encuentra a una altitud de entre 700-800 metros– está cultivado en una densidad de plantación de 2.200 cepas/ Ha., y conducido en espaldera y con poda guyot.
Las nuevas instalaciones inauguradas en 1988 supusieron un cambio en la elaboración de los tradicionales vinos de la zona y una apuesta por los vinos blancos modernos obtenidos con técnicas modernas y con ayuda de maquinaria adecuada para estos procesos, pero sin olvidar lo fundamental, la buena selección de la materia prima, de la uva en este caso. Con todo, se consiguen unos vinos jóvenes y afrutados, alegres y refrescantes. El Perro Verde está elaborado con uva procedente en un 25% de Rodilana con viñas de 15 años de edad, un 25% de Bobadilla del campo con viñas de 8 años y un 50% de “El Sotillo” de Pozaldez con viñas de 7 años de edad. Es un vino alegre y desenfadado que conviene servir a 10ºC. Tiene el color del perro que le denomina. Su paso por boca es muy agradable, fresco, con bastante cuerpo y presencia y con un retrogusto algo breve, que deja un vivo rastro de flores secas.

