Entrevista Gourmet: Vero Zumalacárregui

La hemos visto en TVE y en Canal Cocina. Ahora, a Vero Zumalacárregui (Las Rozas, Madrid, 1988) también se la puede leer en su primer libro, La vuelta al mundo en 15 mujeres (Aguilar), una colección de relatos con voz femenina en la que la cocina, sin ser la protagonista, siempre está presente. Un auténtico atlas en constante movimiento que ha visitado más de 70 países y que encuentra su ancla en las croquetas y la ensaladilla de su padre.
¿Cómo surgió la idea del libro?
Varias editoriales me habían contactado para hacer algo sobre cocina del mundo. Pero yo quería escribir un libro de relatos de mujeres que había conocido en mis viajes y en los que la cocina está siempre, de una forma u otra.
De esos 70 países, ¿con cuál se quedaría gastronómicamente?
Ahora ya está muy manido, pero cuando conocí Perú y la cocina nikkei, hace ocho años, me fascinó ver cómo mezclaban los ingredientes peruanos con la técnica japonesa.
¿Qué le queda en el debe viajero?
Cuánto más viajas más cuenta te das de lo que te falta por conocer. Aunque he estado, mi continente pendiente es África. Pero me faltan muchísimos países por descubrir.
Además de la inquietud viajera, tiene la gastronómica. ¿De dónde proviene?
En mi casa siempre se ha comido muy bien y me he criado viendo a mi padre bolear croquetas los domingos. De hecho, mi domingo ideal es con la ensaladilla de mi padre y la merluza de mi madre.
¿Se defiende en la cocina?
Me gusta y me defiendo, pero al comer tantas veces fuera, en casa hago una cocina muy detox, con muchos pescados al horno, legumbres o cremas de verduras.
¿Algún plato estrella de su repertorio?
El pastel de cabracho o la carne asada de mi abuela. Con eso no fallo nunca.
¿Y fuera de casa?
Mi plan perfecto son unas cañas de domingo con mis amigos en Malasaña [Madrid].