Marlette, barquillos para llegar a buen puerto
Con Marlette se vislumbra la dedicación, la perfección en la ejecución, el respeto por las tradiciones y la creatividad. Su historia está estrechamente ligada al obrador Hermanos Canals, fundado en 1959. La marca surge con la intención de reinterpretar y elevar a otro nivel uno de los productos más emblemáticos del confitero: el barquillo.
Con sede en Vidreres (Girona), Marlette encendió el horno en 2021 con los crujientes carquiñolis de avellana, quizá uno de los mejores ejemplos de la repostería catalana a costa de la avellana, una de sus mejores representantes. Después llegaron los cigarrillos rusos; las pastas de té con una textura única y un sutil toque azucarado; los coco-kiss, galletas de barquillo rellenas de chocolate con leche, bañadas en chocolate negro y cubiertas con coco de Ceilán; las flautas, unos barquillos de galleta artesanal rellenos de chocolate, y, como no, el barquillo o neula de receta tradicional. Más de 60 años de historia confitera se refundan alrededor de una marca que ha sabido recuperar las recetas más artesanales, fieles a lo que el cliente espera y, al mismo tiempo, dar pinceladas de innovación para seguir alimentando sueños.
En el obrador priman el uso de ingredientes de calidad y proximidad. La harina, el azúcar, los huevos, los frutos secos y la mantequilla son suministrados por proveedores locales. Sólo para asegurar las mejores coberturas de chocolate, viajan hasta Bélgica y Suiza.
El proceso de fabricación es a la antigua usanza. Se enorgullecen de ser una pastelería tradicional con un toque innovador. El equipo lo componen 40 personas. “Mecanizar los procesos te lleva a bajar la calidad, algo que es prioritario en nuestra marca”, reconoce Canals. En su apuesta, ponen especial énfasis en el diseño del packaging. Con él cautivan visualmente a aquellos clientes que aún no han probado sus productos. Una vez catados, viene todo rodado.
Cualquier especialidad Marlette resulta una elección perfecta para deleitar en una placentera sobremesa. Ya sea en reuniones familiares, con amigos o en celebraciones especiales, acompañados de café, cava o un licor dulce, estos caprichos pasteleros buscan crear “momentos únicos”, tal y como proclama el inspirador lema de la marca. El único reto con Marlette es buscar un café a la altura para secundarles. El momento corre de su cuenta.
