Estos son los mejores aliados para preparar el cuerpo para el verano
Cortesía de Énfasis
Cuando llega el mes de junio, el horizonte de la belleza se abre a nuevas rutinas. Y no solo las que tienen que ver con los cosméticos que atesoramos para una piel sana y bonita y un cabello fuerte y brillante. También se renuevan algunas costumbres relacionadas con los cuatro parámetros de la salud.
Estos cuatro parámetros, que la OMS recoge como buena alimentación, ejercicio físico, correcto descanso y manejo del estrés, tienen que ver mucho con el estado de ánimo y cuando se atienden correctamente, todo ello repercute en el bienestar. Estar bien por dentro hace que estemos mejor por fuera y nos veamos más favorecidos, con más ganas de cuidarnos. Por ello, estos planes para preparar el cuerpo para el verano en realidad son algo más. Nos ponen a punto porque activan el cuerpo, lo nutren y equilibran.
Estamos hablando de adaptar las costumbres diarias a una nueva forma de comer, de beber más líquido, de hacer ejercicio –sobre todo, al aire libre- e intentar dormir mejor pese al calor, sin olvidar hacer un esfuerzo por relativizar y, de esa forma, controlar el estrés que siempre se dispara en el fin de curso. Estos son algunos cambios que podemos implementar y los aliados para llevar a cabo estas nuevas rutinas para la puesta a punto pre-verano:
Preparar el cuerpo para verano y tres gestos que disparan el bienestar:
1. Una nueva forma de nutrirse
En cuestiones de alimentación, cuando llega el calor los gustos cambian ligeramente. El apetito se reduce, apetecen más los alimentos fríos o templados, muchas veces crudos y casi siempre más ligeros, que aporten hidratación y un extra de vitaminas. Frutas y verduras son la fuente principal de vitaminas, que si se toman en crudo también aportan gran cantidad de antioxidantes, algo más que necesario en este momento del año.
El principio del verano debe acompañarse de recetas llenas de colores, atractivas y completas ensaladas, sopas frías de verdura, nuestro gazpacho y toda la fruta de temporada posible, que además es deliciosa en verano. No parece mal momento para, si se necesita, recurrir a un suplemento de vitaminas. Por supuesto, en caso de duda, siempre debe consultarse al médico. Estos suplementos son una buena ayuda para este cambio de estación:
2. Más actividad ¡y al aire libre!
Es normal que cuando los días se alargan y hay más horas de luz apetezca visitar menos el gimnasio y hacer más deporte al aire libre. A menos que apriete un calor excesivo, la temperatura suave es agradable para aprovechar los beneficios que tiene ejercitarse al descubierto. Parques, piscinas o incluso la playa, se convierten en el mejor espacio para, además de ejercitar el cuerpo, disfrutar de practicar deporte en grupo, a modo de plus sobre el estado de ánimo.
Recibir la luz del sol (con la piel protegida siempre) y respirar aire fresco ayuda a oxigenar cuerpo y mente, al tiempo que se liberan las hormonas de la felicidad y se estimula el sistema inmunitario. En global, hacer ejercicio al aire libre reduce la ansiedad y aporta estímulos mentales que favorecen la relajación.
El kit de cuidados perfecto para llevar a cabo esta actividad -manteniendo la sensación de frescor, protegiendo la piel y ayudando a que los músculos se recuperen- es fácil de hacer. Solo hace falta un buen desodorante antitranspirante, un protector solar con filtro muy alto de amplio espectro especial para deportistas (es decir, que tenga una alta resistencia al sudor y, muy importante, no pique en los ojos), además de una crema con efecto frío que relaje la musculatura y ayude con la circulación de retorno, que suele verse afectada cuando hace calor:
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3. Bienestar y equilibrio orgánico
En las semanas que preceden a las vacaciones de verano, es frecuente sentirse más cansado de lo habitual. Las tareas pendientes que han de resolverse antes de dejar la oficina y la alteración en la rutina del sueño consecuencia del calor puede provocar que la sensación de agotamiento aceche.
Conviene ser consciente de ello, pararse y respirar. Recuperar unos buenos hábitos de sueño es fundamental, al igual que realizar algún tipo de rutina de relajación al comienzo y final del día ayuda a tomarse este momento con mayor calma y buena disposición. Para favorecer una mayor sensación de calma y equilibrio y un sueño realmente profundo y reparador hay algunas cosas que se pueden hacer: Adelantar el horario de la cena, hacer esta en clave ligera para tener una digestión fácil, realizar unos ciclos de respiraciones profundas antes de darse una ducha relajante y preparar el momento de dormir con mimo y cuidado, usando los productos que la cosmética y la aromaterapia ponen a nuestro alcance, son algunas de ellas.
Puedes vaporizar la almohada con una bruma que huele a lavanda, la fragancia relajante por antonomasia. También se pueden aprovechar las virtudes aromaterapéuticas relajantes de los aceites esenciales usando un difusor de aromas o eligiendo un gel de ducha con propiedades balsámicas.
Claves para preparar el cuerpo para el verano
Antes de que empiecen las jornadas de exposición solar, hay que revisar el estado de la piel y disponerse a quitar las capas de células muertas, aportar hidratación diaria y aplicar quizá activos anti-edad en forma de sérum corporal… Además, se puede usar algún producto que ayude a activar el bronceado las semanas previas a vacaciones. En definitiva, hacer una puesta a punto que nos ayude a disfrutar de un bronceado bonito y sano.
¿Qué productos resultan interesantes para esta nueva rutina para preparar el cuerpo para el verano? Pues, como punto de partida, la exfoliación corporal. Sea en forma de crema granulada o de gadget de tecnobelleza, lo ideal es hacerlo en la ducha y emplearse en ello pensando que es una especie de pulido o limpieza profunda de la piel que dejará un brillo y una suavidad espectacular, al tiempo que permitirá que todo lo que se ponga a continuación se absorba mejor.
Por otro lado, durante todo el año –pero sobre todo en primavera y verano- es importante usar una crema hidratante corporal. Mejor si es de textura ligera y absorción inmediata, para que su uso sea más atractivo y se haga una rutina diaria tras la ducha. Ducha que en verano conviene hacer con ayuda de un aceite limpiador. Este producto, quizá no demasiado conocido, es básico para retener la hidratación de la piel, respetando su barrera, tan frágil en la época de mayor exposición solar. Por supuesto, además de la hidratación básica, se pueden usar en la piel del cuerpo todos esos sueros cargados de activos que reproducen las fórmulas de tratamiento facial y que luchan contra manchas, arrugas o flacidez más allá del cuello y el escote. De ellas hablamos cuando analizamos qué tendencias harían girar el universo de la belleza en 2023.
Por último, en el mejor kit para preparar el cuerpo para el verano siempre cabe un producto de los que potencian el bronceado. No son propiamente autobronceadores (al menos no solo eso), sino cremas solares -con protección o sin ella- capaces de activar la melanina, de forma que el bronceado aparezca antes y de forma más evidente. Hay que tener claro que, se usen estos boosters o no, la protección solar sigue siendo innegociable.
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Cómo preparar la piel para el sol (y algo más)
En el rostro también se imponen nuevas rutinas cuando pensamos en las vacaciones de verano. Es importante preparar la piel para el sol y centrarse en evitar el daño solar pero, sobre todo, sabiendo que también habrá que contrarrestar la sequedad ambiental, esquivar la aparición de manchas...
El tratamiento facial de los meses de calor va más allá del filtro solar (aunque este sea la absoluta prioridad a todos los niveles de la belleza y la salud de la piel). La piel hay que protegerla haciendo más fuerte su escudo antioxidante. Para ello, nada mejor que combinar el tratamiento tópico con el oral. Betacarotenos, vitaminas C y E, ácido ferúlico... Es el momento de emplearse a fondo con el sérum antioxidante y la pastilla solar. Una dosis diaria de cada cosa hará que el filtro solar sea aún más eficaz.
Además, conviene dar a la piel un extra de mimo proque tiende a secarse con el calor y, por ello, hacer acopio de mascarillas y sueros más hidratantes pero textura ligera, no grasa. Quizá también sea el momento de buscar un antiojeras más eficaz, capaz de cubrir los signos de cansancio propios del fin de curso y, por supuesto, hacerse con un sistema de limpieza profunda.
Fortalecer el pelo para que resista todo el verano
Previamente y durante el verano, hay que sanear y hacer fuerte la melena. ¿Cómo? Primero, revisando el corte para eliminar puntas debilitadas que suelen dar aspecto descuidado y favorecer los nudos y enredos.
Segundo, recurriendo a tratamientos y mascarillas que lleven biotina, keratina, vitamina E u otras vitaminas que hagan la fibra más resistente. Todavía quedan unas semanas para el momento playa y da tiempo a insuflar la melena de un mayor aguante. Luego, en el lugar de la exposición habrá que protegerla adecuadamente, pero eso es otra historia.
Otra forma de hacer el cabello más fuerte o, al menos, no debilitarlo de cara a las agresiones que vienen en verano es ir prescindiendo de herramientas de calor o usar aquellas que no dañan el cabello. Usar protectores térmicos y secadores y planchas con sistemas respetuosos con la queratina.
De cara a un momento de mucho calor, también viene bien tener champú purificante para los días que se sude mucho porque limpian más en profundidad y se pueden alternar con el de protección de color, hidratante o pro-brillo. También puede ser una rutina pre-verano tomar algún suplemento de nutricosmética que favorezca el anclaje en el folículo (tras el verano siempre hay mayor caída; si se prevé ésta, será menor).
Bonus track: Cuida de tus pies
Puede que los pies sea una de las zonas más olvidadas en el plan de belleza hasta que llega el calor. Preparar el cuerpo para el verano también significa ponerlos a punto. Eliminar durezas, dar un extra de hidratación y relajarlos los días de mucho calor.
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