La guía definitiva para convertir tu dormitorio en una suite de hotel

A todo el mundo seguro que le habrá pasado. Tras dormir una o varias noches en calidad de huésped, llega el terrible momento de entrar en casa y darse cuenta de que el dormitorio personal se encuentra a años luz de lo vivido y disfrutado adentro de un hotel. Pero no hay por qué decepcionarse. A la habitación propia lo más probable es que le falte tan solo una selección de matices y pequeños detalles, que son justo los que marcarán la diferencia y los que a continuación planteamos en forma de esenciales del hogar.
VESTIR LA CAMA A LO GRANDE
Lo primero que sorprende al entrar a una lujosa suite de hotel es la majestuosidad con la que luce la cama de la habitación. Lo cual no depende tanto de su tamaño como de la ropa de cama que se ha seleccionado cuidadosamente para que parezca excepcional. De ahí que lo necesario en este caso sea arropar la cama con sábanas que vayan a juego con un atractivo y sutil edredón (y no tanto con una funda nórdica), así como con un generoso número de cojines (al menos, de tres tamaños ordenados de mayor a menor), que aporten el toque de color y den ganas de tumbarse sobre ellos nada más entrar en el dormitorio. Y como valor añadido, ¿por qué no incluir un juego de cortinas que también acompañen la estética de la cama?
EL CABECERO ES UN REQUISITO INDISPENSABLE
De nuevo, para que una cama luzca completa, en los hoteles boutique de diseño recurren a cabeceros para darle empaque y dimensión a la zona de dormir. Eso sí, a la hora de optar por un diseño u otro no hay norma que valga: es cuestión de gustos. Por tanto, libertad total. Se puede escoger un cabecero convencional y de estética señorial (por ejemplo, uno tapizado en tela o piel y con textura de capitoné) o elegir un diseño minimalista que rompa con las geometrías rectas como los que planteamos abajo elaborados en madera al completo o, simplemente, con madera recubriendo el marco del cabecero.
MESITAS DE NOCHE ELEGIDAS CON MIMO
Cualquiera que se haya fijado en cómo se interpretan estas mesitas en los hoteles, se habrá dado cuenta de que el mueble se utiliza para mucho más que dejar el móvil, un libro o las gafas por la noche. Se trata, en realidad, de un elemento decorativo que le da el punto final estético a la zona de descanso de la cama. Por lo que abajo hemos seleccionado varios diseños que permitirán conseguir esto último, todos acabados en líneas elegantes. Como alternativa, en muchos hoteles modernos y racionalistas también se sustituye la mesita por una silla como la icónica Thonet creada en 1854, con líneas curvas, estructurada en madera y que permite dejar sobre su asiento lo esencial mientras se está durmiendo.
VARIOS AMBIENTES A TRAVÉS DE LA LUZ
Los hoteles hace décadas que entendieron las lámparas como una extensión de su propuesta decorativa, que es por lo que incluyen más de una tipología a lo largo de sus dormitorios suite. Normalmente lo hacen siempre con la misma fórmula: se ciñen a una línea estética muy concreta para sus lámparas (como la minimalista, rústica, art déco y clásica del carrusel de abajo) y la perpetúan en diferentes puntos de la habitación. Primero, con una lámpara de techo que aporte iluminación general, después con una de mesa (tanto para la mesita de noche como para cualquier chifonier o tocador) con una luz mucho más acotada e íntima. Y por último, una lámpara de pie que alumbra la zona de relax que explicamos en el siguiente punto.
RINCÓN EXCLUSIVO DEDICADO AL RELAX
En toda suite de lujo es imprescindible el integrar en su diseño una butaca que permita relajarse y leer antes de irse a la cama, o incluso dejar sobre ella la ropa del día (especialmente abrigos) sin necesidad así de recurrir a un perchero. Otra fórmula es la de instalar a los pies de la cama un banco que, además, prolongue el carácter presidencial de la cama del que hablábamos al principio. Y si se dispone de espacio suficiente, se puede incluso integrar en el dormitorio una consola-tocador para colocar cualquier objeto decorativo, un portarretratos, el maquillaje o por qué no pendientes, pulseras y el reloj, dejando libre y despejada la mesita de noche.
EL ÚLTIMO TOQUE DECO
No hay habitación de hotel que no disponga en su interior de pequeños detalles decorativos como los que a continuación planteamos. Aquí, de nuevo, también hay libertad. La recomendación, eso sí, pasa por escoger figuras, cuadros y jarrones con flores que acompañen el carácter estético del dormitorio, embelleciéndolo, pero sin robarle el protagonismo visual a la zona de la cama. ¿Los mejores complementos? Los que vienen en tonalidades crema, beige y blancos o aporten, por ejemplo, un pequeño y sutil matiz de color a la habitación.

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