Kurky, el apodo cariñoso de Francis Kurkdjian en su juventud, evoca un deseo insaciable de libertad. Un perfume que invita a ver la vida en color, a soñar y a asombrarse de nuevo. En una nube cremosa y apetitosa de almizcles blancos, Kurky destila notas afrutadas, que recuerdan a los caramelos tutti frutti. Una composición pensada como una gran carcajada, una sonrisa y un rayo de sol: una invitación a despertar al niño que llevamos dentro. Lo suficientemente asombrado para soñar, lo suficientemente despreocupado para hacerlos realidad: Kurky es la fragancia gourmand para los adultos que se atreven a soñar como niños. Las notas olfativas: Acorde almizclado gourmand. Un acorde compuesto principalmente de almizcles blancos (moléculas sintéticas que recuerdan ciertas facetas del almizcle animal, prohibido en perfumería desde 1973), que evoca el olor a limpio y a algodón, a veces con acentos afrutados, para una sensación de suavidad y confort. Este acorde almizclado, aquí ligeramente teñido de notas de vainilla y sándalo, se vuelve cremoso y suave, con un olor reconfortante y tranquilizador a piel limpia. Acorde Tutti-frutti. Un acorde ácido y afrutado, deliciosamente nostálgico, creado por Francis Kurkdjian. Como si salieras de una caja de bombones, cada uno puede, por turno, oler una multitud de frutas como la naranja, la pera, el melocotón o incluso la frambuesa y la mora, según su estado de ánimo y los recuerdos de su infancia. Un acorde que simplemente hace que se te haga la boca agua. En perfumería, no es posible extraer el aroma de las frutas (con excepción de los cítricos como el limón, la naranja, la mandarina, etc., que forman parte de las notas hesperídicas y no de las notas afrutadas), por lo que es responsabilidad del perfumista recrear acordes con tonos olfativos específicos de las frutas que desea sugerir.